martes, 10 de marzo de 2009

Maquiavelo

Sin duda Maquiavelo era un autentico pringao, inspirador del estado absolutista y leches pero un pringao.

Pringao y maldito. Pringao porque precisamente él, que sobrepone la Razón de Estado a la ética que debilita almas, toma partido siempre por una causa u otra. Y en el puto Renacimiento, donde tomar partido era tener una pequeña ampolla de veneno presta para verter en una copa de vino, por cualquier enemigo que te crearas en una misión diplomática, rifirrafe político o por una meretriz (llamadas putas en el siglo XXI) que fuera el ojito derecho de algún conde, duque, príncipe o noble de esos tan virtuosos.

No bebió vino envenenado, aunque alguna vez lo deseara, pero sufrió exilio, penalidades y condenas por gilipollas.

Eso sí, era un tío lúcido, gran historiador y analista político, aunque siempre por cuenta ajena.

Y maldito porque alguien le atribuyó la frasecita de que “el fin justifica los medios” que utilizan desde los políticos hasta los entrenadores de futbol. Pobre Nicolás, pasar como un hijo de puta a la historia cuando el tío parecía legal y enamoradizo (un pringao, vamos).

Su obra más conocida y por la que ha pasado a la historia es El Príncipe y, que si quiere aprovechar su tiempo le recomiendo que lea los pasajes más jugosos en internet para encandilar a sus amigos, y se dedique a otra lectura de más provecho (abstenerse de leer nada de Paulo Coehlo, y para evitar catastrofes literarías, o confusiones, aquí enlazo con su bibliografía)

Para saber más, aunque no mejor…wikipedia que te cagas

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